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SEMILLAS DE CAMAHUETO

LOS AGOREROS

Los Agoreros

   En el mundo legendario en que transcurren los eventos de “Machitún”, la mayoría de los ancianos Agoreros conviven con los Clanes Huilliches desde épocas remotas, atesorando y enseñando las historias y los conocimientos de su extensa cultura bordemarina. También ayudan a la población con su destreza para sanar distintas enfermedades, y además, suelen ejercer como jueces en asuntos que van desde desacuerdos familiares hasta el alzamiento para iniciar un pleito con otra tribu. Su manido afán por crecer en sabiduría, sin embargo, los ha ido tornando en hombres altaneros, envidiosos e impulsivos.   

   Los Agoreros proclaman ser los únicos conocedores de las verdades místicas e históricas del universo gobernado por las deidades reptilianas Ten Tén y Kai Kai. Aseguran haber estado ahí, cuando los cielos se estremecieron de forma apocalíptica y se rasgaron como un tejido viejo, dejando entrever la ominosa caída de los hijos de Peripillán y Antü, que acabaron estrellándose en la superficie de la tierra con un estruendo ensordecedor. Después de un tiempo, ambas criaturas celestiales habrían vuelto a la vida, aunque en unos cuerpos totalmente distintos a su fisonomía original. Cada una se habría arrastrado a un entorno diferente para purgar castigos atrasados, convirtiéndose en las dos entidades enemigas que siglos más tarde se enfrentaron a muerte en la Gran Batalla de las Culebras.

   Los Agoreros dicen haber sido los primeros en atender a la urgente llamada de Ten Tén Vilú (el vástago desterrado de Antü), quien procedió a investirlos como sus exclusivos sacerdotes y acólitos, para que resguardasen su recóndito lugar de reposo y el invaluable legado de su sapiencia.

   Se supone que semejante labor ha pasado de generación en generación y cada veterano Agorero ha llevado en su memoria y actuar los preceptos y las instrucciones de la gran diosa culebra, respetando e intentando hacer cumplir en cada Clan Huilliche la veneración acérrima hacia el gigantesco reptil que duerme entre las frías montañas, en un lugar secreto señalado como La Cima de Ten Tén.

   Sin embargo, desde los albores de la fundación de su Grupo Sacerdotal, los Agoreros han reclutado a ciertos hombres y mujeres (que ellos consideran aptos) para que les sirvan de apoyo en la imparable expansión de su dominio cuasi religioso. Muchachos con una prestancia física sobresaliente, han terminado uniéndose a las filas de los célebres Esbirros: una tropa de guerreros adiestrados en las artes de la magia ancestral, con el fin de enfrentarse a poderosos rivales. Así mismo, muchachas doncellas con habilidades para manipular los elementos de la naturaleza y crear hechizos a voluntad, han sido apartadas y obligadas a convertirse en Voladoras, un conjunto de brujas dedicadas a la servidumbre, a la sanación y a encargarse de llevar la mensajería de los ancianos hacia otros clanes desperdigados por todo el territorio del mundo conocido. A estos aprendices, los Agoreros les han llamado Maifes.

   Con el aletargado transcurso de los siglos, mantener semejante estructura de organización no ha sido una tarea fácil. En todas las épocas han surgido caudillos y sediciosos, pretendiendo conspirar y destruir a los Agoreros; algunos incluso forjando alianzas con los enigmáticos seres de las aguas marinas, sin medir las consecuencias de semejante traición al Pacto Bordemar. Pero los ancianos eruditos se han sobrepuesto una y otra vez. La Furia del Pillán de Hielo, La Rebelión de las Voladoras, El Asalto del Maife Peuchén, Los Esbirros Renegados, y La Venganza del Wekufe, han sido quizás los momentos más álgidos de la cronología Agorera. No obstante, los infructuosos resultados de tales ataques parecen corroborar la leyenda de que Ten Tén Vilú todavía protege a los herederos de su ancestral legado.

  En la actualidad (en los días de “Machitún”), los jefes de los Clanes Huilliches ya se han acostumbrado a esperar que las resoluciones de los conflictos culminen siempre a favor de sus veteranos Agoreros.

   Pero eso está por cambiar.

   Desde el sur, una facción muy parecida en antigüedad y poder está incursionando en los bosques y los territorios que custodia el espíritu conocido como el Chauco. Esa facción son los Brujos Payos, encabezados por su líder Manka.

   Y el corazón de Manka, quiere conquistarlo todo.