Publicado por
Oscar Nenen
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Los Agoreros
En el mundo legendario
en que transcurren los eventos de “Machitún”, la mayoría de los ancianos
Agoreros conviven con los Clanes Huilliches desde épocas remotas, atesorando y
enseñando las historias y los conocimientos de su extensa cultura bordemarina.
También ayudan a la población con su destreza para sanar distintas enfermedades,
y además, suelen ejercer como jueces en asuntos que van desde desacuerdos
familiares hasta el alzamiento para iniciar un pleito con otra tribu. Su manido
afán por crecer en sabiduría, sin embargo, los ha ido tornando en hombres altaneros,
envidiosos e impulsivos.
Los Agoreros
proclaman ser los únicos conocedores de las verdades místicas e históricas del
universo gobernado por las deidades reptilianas Ten Tén y Kai Kai. Aseguran
haber estado ahí, cuando los cielos se estremecieron de forma apocalíptica y se
rasgaron como un tejido viejo, dejando entrever la ominosa caída de los hijos
de Peripillán y Antü, que acabaron estrellándose en la superficie de la tierra
con un estruendo ensordecedor. Después de un tiempo, ambas criaturas
celestiales habrían vuelto a la vida, aunque en unos cuerpos totalmente
distintos a su fisonomía original. Cada una se habría arrastrado a un entorno
diferente para purgar castigos atrasados, convirtiéndose en las dos entidades
enemigas que siglos más tarde se enfrentaron a muerte en la Gran Batalla de las
Culebras.
Los Agoreros dicen
haber sido los primeros en atender a la urgente llamada de Ten Tén Vilú (el
vástago desterrado de Antü), quien procedió a investirlos como sus exclusivos sacerdotes
y acólitos, para que resguardasen su recóndito lugar de reposo y el invaluable
legado de su sapiencia.
Se supone que
semejante labor ha pasado de generación en generación y cada veterano Agorero
ha llevado en su memoria y actuar los preceptos y las instrucciones de la gran
diosa culebra, respetando e intentando hacer cumplir en cada Clan Huilliche la
veneración acérrima hacia el gigantesco reptil que duerme entre las frías
montañas, en un lugar secreto señalado como La Cima de Ten Tén.
Sin embargo, desde
los albores de la fundación de su Grupo Sacerdotal, los Agoreros han reclutado
a ciertos hombres y mujeres (que ellos consideran aptos) para que les sirvan de
apoyo en la imparable expansión de su dominio cuasi religioso. Muchachos con
una prestancia física sobresaliente, han terminado uniéndose a las filas de los
célebres Esbirros: una tropa de guerreros adiestrados en las artes de la magia
ancestral, con el fin de enfrentarse a poderosos rivales. Así mismo, muchachas
doncellas con habilidades para manipular los elementos de la naturaleza y crear
hechizos a voluntad, han sido apartadas y obligadas a convertirse en Voladoras,
un conjunto de brujas dedicadas a la servidumbre, a la sanación y a encargarse
de llevar la mensajería de los ancianos hacia otros clanes desperdigados por
todo el territorio del mundo conocido. A estos aprendices, los Agoreros les han
llamado Maifes.
Con el aletargado transcurso
de los siglos, mantener semejante estructura de organización no ha sido una
tarea fácil. En todas las épocas han surgido caudillos y sediciosos,
pretendiendo conspirar y destruir a los Agoreros; algunos incluso forjando
alianzas con los enigmáticos seres de las aguas marinas, sin medir las
consecuencias de semejante traición al Pacto Bordemar. Pero los ancianos
eruditos se han sobrepuesto una y otra vez. La Furia del Pillán de Hielo, La
Rebelión de las Voladoras, El Asalto del Maife Peuchén, Los Esbirros Renegados,
y La Venganza del Wekufe, han sido quizás los momentos más álgidos de la
cronología Agorera. No obstante, los infructuosos resultados de tales ataques parecen
corroborar la leyenda de que Ten Tén Vilú todavía protege a los herederos de su
ancestral legado.
En la actualidad
(en los días de “Machitún”), los jefes de los Clanes Huilliches ya se han
acostumbrado a esperar que las resoluciones de los conflictos culminen siempre
a favor de sus veteranos Agoreros.
Pero eso está por
cambiar.
Desde el sur, una
facción muy parecida en antigüedad y poder está incursionando en los bosques y
los territorios que custodia el espíritu conocido como el Chauco. Esa facción son
los Brujos Payos, encabezados por su líder Manka.
Y el corazón de
Manka, quiere conquistarlo todo.