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SEMILLAS DE CAMAHUETO

LOS KAWELLUS


Los kawellus.

   De toda la variedad de antiguas criaturas que deambula por las profundidades del mar, quizá la más dócil y apegada a sus amos sea la raza de los kawellus. Se trata de enormes animales cubiertos de un corto pelaje similar al de los lobos marinos. Los hay de muchos colores, aunque los más conocidos son de piel marrón o burdeo. Por lo general, su tonalidad contrasta con el largo cuero cabelludo y las crines que adornan sus hidalgas cabezas. Son bestias capaces de alcanzar una velocidad de desplazamiento que no tiene competencia en ningún lugar del reino oceánico; nadan impulsados por sus grandes colas y aletas, e incluso pueden desafiar a las corrientes submarinas más violentas que corran en sentido contrario.

   A pesar de que los kawellus nacen y crecen en completa libertad, han desarrollado un sentido innato de domesticación. Esto los hace proclives a aceptar la invitación de cualquiera que los busque para convertirse en su jinete personal o los necesite para llevar a cabo viajes por las inconmensurables rutas del abismo azul. La nobleza que irradia la mirada de los kawellu, suele crear de inmediato un lazo de dependencia con quienes los cabalgan. Quien tenga la buena fortuna de ser el destinatario de su lealtad, habrá hallado uno de los mayores tesoros que el fondo marino puede brindar. Y no importa si el jinete rompe el juramento o la promesa de cuidarlos; ellos serán fieles a su amo hasta el fin de sus días, pudiendo incluso sacrificarse a sí mismos con tal de protegerlos o salvarlos de cualquier peligro. Quizá la única manera en que podrían traicionar a quien los monta, sería oír el fatal e hipnótico uweñún… el silbido de los brujos terrestres. Pero eso es otra historia.

   Cuando un kawellu entabla amistad con su “dueño”, la pigmentación de su pelaje se altera en algunas partes, sobre todo en la zona del cuello y los carrillos. De ahí en adelante, unos sinuosos tatuajes les adornarán el cuerpo (formando enigmáticos símbolos) y serán la marca definitiva de que es una criatura marina al servicio de algún otro ser de inteligencia superior; ocupación que no siempre conlleva algo bueno, aunque tampoco significa que sea algo totalmente malo.  

   Durante siglos, los Kawellus han sido parte activa de las tropas del Ejército del Millalobo, el rey de las profundidades azules y los abismos más ignotos. A su lado, han custodiado y protegido las costas de los asaltos y las incursiones de maléficos hechiceros de tierra firme, evitando que los seres humanos intervengan en los designios marinos. Dicha labor no ha sido fácil, porque siempre se ha tenido la certeza de que varias criaturas y espectros acuáticos han propiciado alianzas con la gente que habita al interior de las islas. Esto ha provocado la furia de los Wedas, los devotos más fervorosos del culto a la fallecida madre del rey: la colosal culebra Kai Kai Vilú.

   Tanto ha sido el apego entre los Kawellus y las hordas marinas, que jamás nadie se atrevería a tratarlos mal, causarle heridas o intentar matarlos. Y ellos han sabido corresponder con su impresionante fuerza, su inigualable velocidad, y lo más importante, con su mejor don: su inocente y misteriosa fidelidad a prueba de todo…